En clase se sugirió la idea de que dejáramos correr nuestra imaginación e inspiración y creáramos una obra de teatro. Aquí os dejo mi creación, ¡espero que os guste el resultado!
(Se abre el telón, aparece un grupo muy alegre de niños en el autocar)
-Sara: ahora me apetece cantar la canción del pirata… no me acuerdo de cómo era chicos.
-Manolito: ya te vale Sara, si es la más fácil de todas.
-Sara: pues venga listillo, empieza a cantarla.
-Manolito: mmm…prefiero que empiece Miguel.
(Miguel comienza a cantar la canción del pirata y todos le siguen a unísono)
“Pata de palo es un pirata malo
que come carne cruda y bebe agua del mar.
En su bandera lleva una calavera
que significa sin reír, sin hablar, sin moverse ya”.
-Sara: ¿Juan, porque no cantas con nosotros?
-Juan: no me apetece.
-Manolito: déjale Sara, no ves que siempre está de mal humor.
-Juan (con tono de cabreo): cállate Manolito no vaya a ser que tengamos un problema.
-Isabel: ¡basta ya de discutir chicos! No quiero ni una sola pelea durante todo el campamento.
-Lucía: Sara, Manolito tiene razón deja en paz a Juan, siempre es un borde.
-Juan: eso dejadme en paz, que encima las chicas oléis mal.
-Isabel (alterada): ¡Juan basta ya de faltar el respeto!
-Juan (con tono burlón): si profe, solo era una broma.
(El autocar llega a su destino, y todos los niños bajan emocionados, cogen su equipaje y se dirigen hacia el albergue a escasos metros)
-Sara: ¡vamos chicos! Colocad todo el equipaje rápido, cuanto antes acabemos, antes podremos ir a jugar.
-Lucía: ¡eso, eso! Hay que darse vidilla muchachos.
-Isabel: ¿Juan no vas a recoger tu equipaje o qué?
-Juan: si ahora iré… que estoy tranquilo aquí.
-Isabel: no seas holgazán, que aquí no estás en casa y todo vamos a trabajar por igual.
-Juan: que si profe, no te sulfures que ya voy.
-Isabel (entre suspiros): madre mía… no sé qué voy a hacer contigo.
-Juan (diciéndose a sí mismo): esta profe pesada… no me va a dejar tranquilo en todo el campamento…porque me habrá metido mi madre aquí.
(Juan empieza a deshacer su equipaje más tarde que el resto de los niños. Todos juegan alegremente en la pista de futbol, mientras él, malhumorado saca todas sus pertenencias)
-Juan: ¡será posible! Se me ha olvidado la cantimplora, esto es culpa de mi madre, si ella me hubiera hecho el equipaje ahora no estaría así. Tendré que decírselo a Isabelita…
-Juan: profe, se me ha olvidado la cantimplora, ¿me puedes dejar una o qué?
-Isabel: lo primero, las cosas se piden por favor, y lo segundo, si quieres una cantimplora tendrás que ganártelo.
-Juan: ¿Qué tengo que hacer?
-Isabel: pues mira a Sara y a Miguel también se le ha olvidado la cantimplora, ya les he dicho lo que tenéis que hacer, búscales y pregunta, te acabas de unir al clan de los sin cantimplora ¡animo con el retillo, vosotros podéis!
-Juan: yo no me acerco a esos, me caen mal y Sara huele mal, como todas las chicas.
-Isabel: que no digas eso Juan, ni que tu olieras a rosas. Ya te estas movilizando, que no te han hecho nada, ya verás cómo luego sois grandes amigos.
-Juan (resignado): si lo que tu digas…
-Isabel: date prisa, que tenéis que hacer el recado antes de la comida.
-Juan: haber como hablo yo ahora a estos…a saber que tenemos que hacer, espero que no dure mucho.
(Juan se acerca sin prisa alguna hacia la pista donde están jugando todos)
-Manolito: Bueno bueno, ¡pero quien tenemos aquí! Si Don Juan se ha dignado a jugar con nosotros.
-Juan: cállate pardillo, no juego contigo ni loco, solo vengo a hablar con Sara y Miguel.
-Miguel y Sara (sorprendidos): ¿con nosotros?
-Juan: sí, no he traído mi cantimplora, la profe ha dicho que vosotros tampoco, asique me tenéis que decir que tengo que hacer y ya os dejo con vuestro jueguecito.
-Miguel y Sara: ¡ostras! Se nos había olvidado por completo la tarea que nos había mandado.
-Sara: no podemos seguir jugando, ¡tenemos que irnos ya!
(Sara coge del brazo a Juan mientras corre, Miguel les sigue aún sorprendido por su descuido)
-Juan: ¿Pero me vais a decir de una vez que es lo que tenemos que hacer?
-Miguel: ah claro ahora si te interesa hablar, pues no te pienso decir nada.
-Sara (con tono pacificador): vamos a ver Juan podrías decir las cosas de forma un poco más amable, y tu Miguel, no seas rencoroso. Vamos al rio, Juan, tenemos que llenar cinco garrafas de agua y llevarlas, para poder llenar las cantimploras de todos y también las que nos den a nosotros.
-Juan: ¿cinco garrafas? No contéis conmigo.
-Miguel: pues yo no me pienso meter al rio, las zapatillas son nuevas asique alguno de los dos debe meterse.
-Sara: de eso nada, lo echaremos a suertes.
-Miguel: venga piedra, papel o tijera que será lo más rápido.
(Los niños se disponen a jugar)
-Miguel (eufórico): ¡gane, toma ya!
-Sara: ¡gané! Juan parece que te toca mojarte las piernecillas.
-Juan: con el frio que hace, yo no me pienso meter.
-Miguel: pero son las reglas de juego, no seas tramposo.
(Juan deseoso por acabar se remanga los pantalones y con resignación se adentra en el río)
-Juan: ¡ala! Ya me he raspado toda la pierna.
-Sara y Miguel: (mientras contemplan a Juan intentando contener las carcajadas) ¿estás bien Juan?
-Juan: pues no veis el guarrazo que me acabo de pegar (dice sin poder contener la risa con su propia caída)
-Sara: no me puedo creer que te estés riendo, ves que al final no eres tan borde y podríamos ser grandes amigos.
-Juan: bueno no lo creo, se os ve a todos tan bien jugando sin mí.
-Miguel: cuantos más seamos mejor, sino juegas es porque no quieres, ¡y menos hablar y más llenar garrafas! ¡Ánimo campeón!
Juan: menos cachondeo Miguel, que al final mojaré tus zapatillitas nuevas.
-Sara: haya paz muchachos, si alguien va a mojar a alguien esa seré yo.
(Sara comienza a arrojar agua a la cara de los chicos, al final regresan todos empapados al albergue)
-Isabel: ¡pero bueno! ¿Habéis echado el agua en las garrafas o sobre vosotros mismos?
-Sara, Miguel y Juan: jajajaja un poco de todo profe.
-Manolito: bueno que amiguitos sois de repente.
-Sara y Miguel: vamos Manolito, no seas rancio, a Juan solo le hacía falta un poco de compañía para soltarse.
-Manolito: bueno lo que vosotros digáis, sigo pensando que es un borde.
-Juan: me da igual lo que digas Manolito, ya no tengo que meterme contigo para confiar en mí mismo, espero que algún día seamos amigos.
-Sara: vamos a cambiarnos antes de comer chicos.
-Juan: yo creo que no deberíamos cambiarnos, y tu menos Sara, que creo que las chicas ya no oléis tan mal…
(Se cierra el telón)
FIN.
MARTA QUIJADA