Boli

Soy un boli.

Sí, sí, un boli… no se sorprenda. Podrá decir que los bolis no hablan pero lo que es escribir…

Sí: un boli normal; tampoco se crea que soy uno de esos bolígrafos de acero inoxidable y punta retráctil y que si cli-cli para arriba y cli-cli para abajo, que ya son ganas de llamar la atención. Creo que a mí nadie me ha llamado nunca bolígrafo… Todavía. Un boli; y ya está. Bueno, tampoco es que sea uno de esos que se dan de publicidad; tan feos que da cosa usarlos… y de tan mala calidad. Soy un boli normal, estándar. Negro, que salgo muy bien en las fotocopias, por cierto, aunque me esté mal decirlo.

Pero bueno, quién es usted, ¿acaso un notario? Está claro que no, de otra manera no estaría aquí hablando conmigo, sino con una señora pluma. Claro, como solo tienen que echar una firma por aquí y otra por allá… Eso ni es escribir ni es nada.

Tampoco será usted un científico. Esos son más de lápiz para poder borrar, y de mucho ordenador.

Sí, ya, es usted un ser humano, ¿y qué? ¿Eso le hace mejor que yo? Al fin y al cabo, ¿qué gran diferencia hay entre usted y yo frente a la inmensidad del Universo? No somos más que construcciones materiales infinitesimal e insignificantemente diminutas en relación con el Universo.

Si fuera usted un científico o si quiera un filósofo lo sabría. Pero no tiene usted pinta de filósofo tampoco; no sé por qué.

Habrá oído eso de que si se estrellara un meteorito gigante contra La Tierra o tras un holocausto nuclear solo sobrevivirían las cucarachas, ¿no? Un holocausto nuclear es una guerra con bombas atómicas pero a lo bestia; que no quedaría nada… Excepto las cucarachas, dicen. Pues ya le digo yo que algún bolígrafo también quedaría. En orden y listo para escribir lo que haga falta. ¿Qué me dice a eso? ¿Dónde le deja a usted?…

Los estudiantes me gustan. Quizá lo sea usted, mira por donde. Sí, los estudiantes todavía nos usan mucho. Pues anda que si hubiera que tomar apuntes con una pluma… No digo que no se haya hecho pero donde esté un boli… Aunque cualquier día empiezan a tomar los apuntes con el móvil. Cómo cambia el mundo…

Yo sí tengo algo de filósofo, ¿sabe?

Pero bueno, yo lo que venía a comentarle es que…

Vaya, si resultará que ahora me da pudor.

Bueno, mire, yo quería decirle…

Igual me toma usted por un romántico pero es que a mí lo que me gustaría es encontrar una relación para toda la vida. La mía por lo menos.

Sí, ya sé que en estos tiempos que corren igual es mucho pedir. Hoy que cualquiera presta un boli y se olvida, o hasta lo regala directamente. O peor aún, lo pierde, sin más. Ya como de tontos.

Y sin embargo yo siempre he tenido la ilusión de que alguien me use hasta el final, me gaste, me exprima hasta la última gotita de tinta…

En realidad es lo que quiere cualquier boli, ¿sabe usted? Aunque no lo digan. Aunque parezcan indiferentes.

¿Qué le parecería?

¡Usted y yo juntos! Nota tras nota, apunte tras apunte… Un garabato distraído, alguna postal de vez en cuando… ¿Qué me dice?

 

 

Mancha-en-camisa

 

JAVI

 

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